Ubicado en la Ciudad de México, Pujol es uno de los mejores restaurantes de México y se ha ganado esta distinción a pulso, con el experimentado chef Enrique Olvera al frente.
Enrique Olvera ha logrado forjar un espacio único gracias a su amplia experiencia en el ámbito culinario, desde su época como estudiante en The Culinary Institute of America de Nueva York, hasta la primera apertura de Pujol en el año 2000 que después de años de servicio en la calle Francisco Petrarca se mudara a una cuadras de distancia en su actual ubicación, Tennyson 133 en Polanco.
Pero lo que tiene a Pujol en la lista de los mejores restaurantes del mundo es una cocina que experimenta con ingredientes y técnicas tradicionales para crear platillos innovadores. Con materia prima de ingredientes mexicanos, se le dan a los comensales menús de degustación con personalidad propia que ofrecen una experiencia multisensorial.
En las palabras de Olvera “En el Pujol hacemos menús, no platos. Contamos una historia completa en la mesa”, y aclara “nuestras porciones son pequeñas porque servimos diez platillos, por eso no se pueden juzgar de manera individual”.
Estos platillos son más que propuestas con raíces en los sabores locales e ingredientes nacionales, ya que son capaces de relatar una historia tan rica de cultura y diversidad como la mexicana. La muestra perfecta de esto es su especialidad: El Mole Madre.
El mole tradicional es una salsa mexicana de más de veinte ingredientes, de los cuales resaltan las especias, los chiles y el chocolate. Pero lo que hace especial al Mole Madre de Pujol es su preparación, que demanda una dedicación impresionante y que requiere de alrededor de 170 días para estar terminada. Durante todo este tiempo la salsa es recalentada, buscando obtener el sabor único que tiene un mole con años de antigüedad.
Así como este platillo, todo lo que se cocina en Pujol está hecho de manera auténtica, donde más que reinventar la gastronomía mexicana se busca transformarla conservando su esencia.
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